martes, 14 de enero de 2014

Ya no está en mi mano

Mientras esperaba a que partiera de la terminal el bus que me llevaría de regreso a casa (de aquellos color azul que te llevan sin la necesidad de pagar porque ya lo hiciste en un paradero), encontré con qué entretenerme...

Era un anillo, aquel que llevaba en mi mano y resaltaba entre mis uñas que pocas veces están arregladas. Lo miraba fijamente y mientras lo tocaba pensaba que apenas llegue debería tomarle una foto y compartirla contigo.

Lo saqué de mi dedo anular, porque es ahí en donde me quedaba, y lo pasé a mi mano derecha. No dejaba de verlo y tocarlo... pero algo dentro de mi sabía algo y como sucede en muchas ocasiones, preferí ignorarlo.

No recuerdo lo que pasó con exactitud, pero el anillo cayó y en cuestión de milésimas de segundo mi mente me reprochaba el no haber hecho caso una vez más a mi sexto sentido. Mi mente decía tranquila, sí lo vas a encontrar pero también me regañaba por la advertencia que sentí y no hice caso.

Lo escuché caer detrás de mi, en medio de ese piso con viñetas de aluminio y lleno de polvo y basura que no había sido limpiado, como generalmente sucede en ese tipo de buses.

Miré fijamente debajo de mi alrededor pero no lo vi y las probabilidades de que otro pasajero lo haya tomado eran casi nulas porque hasta podía contar con los dedos de mis manos a quienes estaban ahí, seguramente porque a las 22:00 muchos ya están descansado.

Me agaché, palpé, miré y una señora que se encontraba sentada diagonal a mí me preguntó ¿qué busca? Un anillo le dije. Entonces también buscó debajo de su asiento y se unió a mi búsqueda.

De repente las puertas se cerraron y el vehículo empezó a rodar. Mi preocupación se acentuó y poco a poco todos lo empezaron a notar. Otro joven me cuestionó, ¿qué se le cayó? un anillo le dije, sin dejar de ver.

Mientras estaba sentado me señaló con su dedo que había visto caer un objeto detrás de donde me encontraba y sin pedírselo, muy amablemente se levantó y me ayudó a buscar.

Ya todos sabían que estaba en busca de algo, sin embargo me preguntaron una par de veces más ¿qué busca? un anillo les dije. Fue ahí que el hecho se convirtió en un acto de solidaridad, todos miraban "algo que brille" como si supieran que se trataba de algo de mucho valor, no por su precio, sino por su origen y quien me lo dio.

Me decía a mí misma, esto amerita una foto "pal face". De seguro lo converterían en un meme... pero no había tiempo para eso... seguía buscando.

Otro de los usuarios me dijo, tome esa revista que está caída y mire si no está metido ahí (debajo de unos metales que sujetaban el asiento). Lo hice aunque no hallé mi objetivo.

El lugar en donde debía quedarme se acercaba y no hubo viaje más corto que aquel. Debíame resignarme...
Busqué... busqué... prometo que fue así y te escuchaba decir en mi inconsciente ¡Ay Diana!... Le dí las gracias al joven que estaba de pie y bajé sin perder la esperanza de verlo en las escaleras.

Mi presentimiento se hizo realidad... el anillo ya no estaba en mi mano y la imagen que quería tener grabada ya no existiría, ¿cómo decírtelo?... De pronto recordé que tenía un blog.

Ahora que ya lo leíste, puedes entender lo mucho que significaba para mi y lo vacía que me siento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario