Mientras esperaba a que partiera de la terminal el bus que me
llevaría de regreso a casa (de aquellos color azul que te llevan sin la
necesidad de pagar porque ya lo hiciste en un paradero), encontré con qué
entretenerme...
Era un anillo, aquel que llevaba en mi mano y resaltaba entre mis
uñas que pocas veces están arregladas. Lo miraba fijamente y mientras lo
tocaba pensaba que apenas llegue debería tomarle una foto y compartirla
contigo.
Lo saqué de mi dedo anular, porque es ahí en donde me quedaba, y lo
pasé a mi mano derecha. No dejaba de verlo y tocarlo... pero algo dentro
de mi sabía algo y como sucede en muchas ocasiones, preferí ignorarlo.
No recuerdo lo que pasó con exactitud, pero el anillo cayó y en
cuestión de milésimas de segundo mi mente me reprochaba el no haber
hecho caso una vez más a mi sexto sentido. Mi mente decía tranquila, sí
lo vas a encontrar pero también me regañaba por la advertencia que
sentí y no hice caso.
Lo escuché caer detrás de mi, en medio de ese piso con viñetas de
aluminio y lleno de polvo y basura que no había sido limpiado, como
generalmente sucede en ese tipo de buses.
Miré fijamente debajo de mi alrededor pero no lo vi y las
probabilidades de que otro pasajero lo haya tomado eran casi nulas
porque hasta podía contar con los dedos de mis manos a quienes estaban
ahí, seguramente porque a las 22:00 muchos ya están descansado.
Me agaché, palpé, miré y una señora que se encontraba sentada
diagonal a mí me preguntó ¿qué busca? Un anillo le dije. Entonces también
buscó debajo de su asiento y se unió a mi búsqueda.
De repente las puertas se cerraron y el vehículo empezó a rodar. Mi
preocupación se acentuó y poco a poco todos lo empezaron a notar. Otro
joven me cuestionó, ¿qué se le cayó? un anillo le dije, sin dejar de ver.
Mientras estaba sentado me señaló con su dedo que había visto caer un
objeto detrás de donde me encontraba y sin pedírselo, muy amablemente
se levantó y me ayudó a buscar.
Ya todos sabían que estaba en busca de algo, sin embargo me
preguntaron una par de veces más ¿qué busca? un anillo les dije. Fue ahí
que el hecho se convirtió en un acto de solidaridad, todos miraban "algo
que brille" como si supieran que se trataba de algo de mucho valor, no
por su precio, sino por su origen y quien me lo dio.
Me decía a mí misma, esto amerita una foto "pal face". De seguro lo
converterían en un meme... pero no había tiempo para eso... seguía
buscando.
Otro de los usuarios me dijo, tome esa revista que está caída y mire
si no está metido ahí (debajo de unos metales que sujetaban el asiento).
Lo hice aunque no hallé mi objetivo.
El lugar en donde debía quedarme se acercaba y no hubo viaje más corto que aquel. Debíame resignarme...
Busqué... busqué... prometo que fue así y te escuchaba decir en mi
inconsciente ¡Ay Diana!... Le dí las gracias al joven que estaba de pie y
bajé sin perder la esperanza de verlo en las escaleras.
Mi presentimiento se hizo realidad... el anillo ya no estaba en mi
mano y la imagen que quería tener grabada ya no existiría, ¿cómo
decírtelo?... De pronto recordé que tenía un blog.
Ahora que ya lo leíste, puedes
entender lo mucho que significaba para mi y lo vacía que me siento...
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